Guadalupe Álvarez, una joven jujeña de gran creatividad, ha logrado en pocos meses canalizar su talento en costura, diseño y arte, adquirido durante su carrera de Teatro, para dar vida a una marca de moda circular. Encontró en esta carrera la mejor vía para expresar todas sus inquietudes creativas, y gracias a una motivación afectiva descubrió el potencial en sus creaciones, llevándola a lanzar su marca de ropa circular.
Álvarez mencionó: “Creo que la gente ha recibido bien mi marca porque es algo novedoso y contribuye al cuidado del medio ambiente. Cada pequeña acción cuenta, y al ofrecer ropa de segunda mano, de mi marca o prendas recicladas, tanto yo como quienes consumen están aportando su granito de arena”. Tras su reciente lanzamiento el 6 de enero de 2024, su creación fue muy bien acogida por el público jujeño.
Bajo el nombre “1999”, Guadalupe materializó este verano una nueva marca de ropa, experimentando con todos los conocimientos adquiridos a pesar de su juventud. Esta colección, compuesta por diseños originales y prendas personalizadas, refleja su formación en teatro, donde la orientación en diseño escenográfico, iluminación, vestuario y maquillaje le permitió desarrollar habilidades previas e impulsar su creatividad.
Durante su formación, se vio desafiada a confeccionar vestuario con materiales reciclados, lo que la llevó a crear un vestido con bolsas de consorcio. Este fue uno de los impulsos que la guiaron hacia el mundo del reciclaje en la moda. Su guardarropa lleno de prendas de segunda mano y creaciones customizadas evidenciaba su familiaridad con este mundo.
Guadalupe expresó: “Para mí, emprender significa fusionar todas las facetas de mi vida en cada prenda: la pintura, la costura, el reciclaje, la moda de segunda mano y las nuevas tendencias”. Constantemente se inspira en diversas plataformas como Pinterest, YouTube e Instagram, así como en videoclips de famosos para mantenerse al tanto de las últimas tendencias.
El lanzamiento de su marca es reciente, iniciando en diciembre pasado al regresar de vacaciones a Jujuy. Utilizando el tiempo libre y la máquina de coser de su madre, comenzó a experimentar y aprender a hacer patrones de prendas. El corsé fue la primera prenda que consideró la pieza más importante de su marca.
El impulso creativo inicial surgió de un acto de amor: regalar algo hecho por sus propias manos en el juego del “amigo invisible” de Navidad. Tras varios intentos, logró crear un corsé único para su hermana, lo que le hizo darse cuenta de su habilidad para reciclar y transformar prendas.
Con el objetivo de crear una colección de entre 15 y 20 prendas, Guadalupe diseñó su marca y perfil de Instagram. Finalmente, logró confeccionar 17 prendas con una misma impronta y una historia que las conecta entre sí. Su lanzamiento se llevó a cabo el pasado 6 de enero en un evento íntimo junto a otros emprendimientos, demostrando sus habilidades en redes sociales, diseño gráfico y edición de fotos y videos.
Guadalupe aspira a presentar su marca también en la ciudad de Córdoba, donde reside la mayor parte del año. Su objetivo es perfeccionarse en el uso de redes sociales para poder realizar envíos y regresar periódicamente a Jujuy, la provincia que la acogió en el mundo del emprendimiento y que desea compartir con todos a través de su marca @1999.byguada.
Desde niña aprendió a coser
El vínculo de Guadalupe con la costura se remonta a las enseñanzas de su abuela, quien le transmitió los primeros conocimientos sobre el arte de coser a mano. Este inicio humilde le permitió dar sus primeras puntadas y crear pequeñas prendas. “Fue así como empecé a hacer prototipos de ropa que me gustaría tener. En aquel entonces, diseñaba conjuntos para mis Barbies, les confeccionaba vestidos y pantalones, además de arreglar mi propia ropa, ajustando dobladillos, cambiando tallas y siguiendo tutoriales en YouTube que enseñaban a transformar prendas. Tenía alrededor de doce años”, rememora Guadalupe.
Con el tiempo, perfeccionó sus habilidades y durante la pandemia, su abuela le regaló una máquina de coser a su madre, lo que le brindó la oportunidad de familiarizarse con esta herramienta. Comenzó a explorarla, practicando con la confección de pequeños objetos como vinchas, monederos y colitas para el cabello. Sus primeras incursiones en la costura incluyeron la creación de tops, ajustes en remeras y modificaciones en prendas existentes.
Su paso por la Escuela Polivalente de Artes durante la secundaria también fue fundamental en su formación creativa. Allí obtuvo una Tecnicatura en artes visuales con especialización en pintura mural. “Ya tenía experiencia pintando cuadros, así que sabía cómo manejar la pintura en textiles. Esto me llevó a empezar a pintar sobre la ropa”, comparte la joven de 24 años.
La mayor parte de las prendas que reciclaba provenían de donaciones de familiares o amigos, o las adquiría en tiendas de segunda mano, seleccionando aquellas de calidad a pesar de estar pasadas de moda. Esta práctica le permitió reutilizar telas de buena calidad para crear nuevas prendas. Su enfoque en la circularidad le ha dado la oportunidad de dar vida a nuevas creaciones mientras contribuye con su “granito de arena” al cuidado del medio ambiente.
