Por Víctor Machuca para “Puntal.com.ar”

Por primera vez en la región y luego de numerosas pruebas realizadas en la fábrica de la empresa Prodeman, arrancó una construcción con ladrillos hechos a base de ceniza de cáscara de maní y cemento en General Cabrera. La Municipalidad recibió una primera donación de 8 palets de 186 ladrillos ecológicos cada uno, para edificar las paredes de una sala y una galería en la Guardería Municipal Blancanieves.

Después de la etapa de experimentación, llegó el momento de la utilización de un nuevo material de construcción que aspira a convertirse en una gran solución para la contaminación ambiental con ceniza que proviene de la producción de bioenergía, ya que la planta quema la cáscara de maní para generar energía eléctrica.

El intendente Guillermo Cavigliasso, enfocado en promover mejoras ambientales, ha destacado un proyecto liderado por la secretaria de Planificación e Infraestructura de la Municipalidad, la ingeniera civil Alejandra Pisani, y la arquitecta Teresa Buffa. Este proyecto se centra en la reutilización de materiales locales para obras importantes en General Cabrera, como parte del Eje Ciudades Verdes. Cavigliasso resalta la importancia de incluir estos materiales en proyectos que beneficien a toda la comunidad, destacando la contribución de empresas privadas como un ejemplo de economía circular. Además, enfatiza que el uso de estos materiales es un derivado del maní, lo que promueve la sostenibilidad y la respuesta a las demandas actuales.

Por su parte, la ingeniera Alejandra Pisani señala que están experimentando por primera vez con el uso de ladrillos a base de ceniza de maní en una obra en marcha, la cual avanza satisfactoriamente. Detalla que se han completado varias tareas de plomería y conexiones, y que actualmente se encuentran en la etapa de mampostería. Asimismo, establece que el plazo estimado para la finalización de la ampliación de la guardería es de aproximadamente cuatro meses, y que esperan que la obra avance rápidamente una vez que la albañilería esté bien avanzada.

La arquitecta Teresa Buffa, también involucrada en el proyecto, comparte que para llevar a cabo esta iniciativa fue necesario investigar y aprender sobre la aplicación y adherencia de estos nuevos materiales. Destaca el desafío que representa este proceso, pero también la promesa de resultados positivos.

En resumen, este proyecto en General Cabrera representa un paso significativo hacia una ciudad más sostenible y responde a las demandas actuales de promover la economía circular. La colaboración entre el gobierno local, empresas privadas y profesionales especializados es un ejemplo inspirador de cómo las comunidades pueden trabajar juntas para lograr un desarrollo más sostenible.

Sobre este material a base de ceniza de maní

La arquitecta Buffa sostuvo: “Me encanta porque es de un color gris oscuro y la idea es poder utilizarlo en una parte donde va a ir revocado y en otra parte. Es muy lindo, nos pusimos a armar unos muros cribados que se llaman que son muros con huecos. Entonces en la parte de la galería que va a ser la que más se ve, va a estar utilizado así el ladrillo, lo queremos dejar visto. Hay una parte del aula que va a estar revocada porque necesita impermeabilización, para hacer cañerías de electricidad y demás”.

A propósito de la construcción, precisó que “las paredes con ladrillos ecológicos no se levantan con cemento tradicional o habitual porque se pega con un pegamento específico que lo conseguimos en Cabrera, pero previamente tuvimos que investigar, es como un pegamento. Se hace con una especie de manga como la que usan los reposteros o cocineros. Se le ponen dos tiritas en los bordes y eso nada más es lo que consume. Es fantástico y para nosotros es una experiencia nueva, todos los días estamos aprendiendo cómo utilizarlos. Hay que mojarlos un poquito antes y no empaparlos”.

Fuente: Puntal.com.ar