El turismo regenerativo en Sudamérica se enfoca en minimizar el impacto negativo del turismo en el medio ambiente y las comunidades locales, a la vez que contribuye a su regeneración. Algunas iniciativas promueven la sostenibilidad ambiental, el apoyo a las comunidades locales, la preservación de la cultura y la participación activa de los visitantes en la conservación del entorno. Destinos que han adoptado estos principios incluyen áreas naturales protegidas, comunidades indígenas y proyectos eco-sostenibles.
Instituciones como el CAF, Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, entienden al turismo como un sector fundamental para las economías latinoamericanas, representando un porcentaje significativo de las exportaciones, el PIB y el empleo en la región. La pandemia tuvo un impacto devastador en el sector, provocando una contracción del 73% en 2020 y una pérdida de ingresos considerable. Algunos países han logrado recuperarse, pero otros todavía no han alcanzado los niveles prepandemia. Sin embargo, la pandemia ha aumentado la conciencia sobre el impacto humano en la naturaleza y la importancia de un medio ambiente saludable, lo que podría beneficiar a los destinos turísticos de la región. En este contexto, América Latina y el Caribe enfrentan el desafío de impulsar un turismo sostenible y regenerativo, que no solo evite el impacto negativo en el medio ambiente, sino que también contribuya a mejorar el patrimonio natural y cultural, así como el bienestar de los ciudadanos. Según el Global Sustainable Tourism 2022, los viajeros buscan experiencias locales y auténticas, y están dispuestos a pagar más por destinos sostenibles, desde el turismo de aventura y naturaleza hasta el turismo gastronómico y cultural.
Al instalar su nueva oficina en República Dominicana el CAF sintetiza los objetivos de promover un turismo sostenible y regenerativo en América Latina y el Caribe. La propuesta se centra en varias áreas de acción, incluyendo el apoyo a las comunidades locales, la conservación de la biodiversidad, la mitigación de desastres naturales, la gobernanza a nivel local y nacional, la sostenibilidad y economía circular, y la regeneración urbana y las economías creativas. El enfoque principal es contribuir al bienestar de las personas, restaurar y mejorar el patrimonio natural y cultural, y minimizar el impacto ambiental del turismo.
En una recientemente publicada nota de opinión (Infobae.com), Christian Asinelli, vicepresidente corporativo de Programación Estratégica del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe CAF; sostiene que a pesar del significativo incremento en las cifras de repunte del turismo postpandemia, el sector sigue siendo sumamente vulnerable al cambio climático. Con el aumento de eventos extremos en América Latina y el Caribe, como ciclones tropicales, inundaciones, sequías, incendios forestales y olas de calor, también ha aumentado el riesgo para las infraestructuras existentes, el transporte, las comunicaciones, así como la oferta de servicios de energía, agua y saneamiento, que son fundamentales para el correcto funcionamiento del turismo.
El turismo emite una gran cantidad de gases de efecto invernadero, y se proyecta que las emisiones de CO2 en el sector aumentarán al menos un 25% para 2030, según un estudio presentado en la COP25. Es crucial acelerar la acción climática y el cuidado del medio ambiente en el desarrollo turístico, con énfasis en la medición, adaptación y mitigación, así como la conservación medioambiental. El enfoque en el turismo regenerativo busca alinear el negocio con la acción climática y la preservación del entorno natural. La colaboración entre instituciones regionales, públicas, privadas y organismos internacionales es fundamental para lograr avances significativos en este ámbito.
Fuentes: CAF.com – Infobae.com
