La transición conjunta de los sectores energético y de transporte hacia energías limpias representa una oportunidad invaluable para la descarbonización de América Latina y el Caribe. Utilizar energías renovables como la solar, eólica e hidrógeno verde no solo facilita el cumplimiento de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) y los objetivos del Acuerdo de París, sino que también mejora la calidad del aire, reduciendo enfermedades respiratorias y promoviendo una salud pública más robusta. Además, la inversión en tecnologías limpias abre puertas en los mercados de carbono, impulsando el desarrollo económico y fomentando una transición justa que prioriza la inclusión social y la igualdad de género.
¿Qué puede hacer América Latina y el Caribe?
La transición energética y la transformación del sector transporte representan una oportunidad única para que la región avance hacia la descarbonización. Acoplar ambos sectores permite maximizar los beneficios ambientales, económicos y sociales.
❗ La adopción de energías limpias, como la solar, eólica y el hidrógeno verde, en el transporte no solo reduce emisiones de carbono, sino que también mejora la calidad del aire y la salud pública. Este cambio es clave para cumplir con los compromisos climáticos y asegurar un futuro más sostenible.
💡 Ayer, en el Día Internacional de la Energía Limpia, recordamos la importancia de impulsar acciones concretas en estos sectores. Hoy, te contamos más sobre lo que la región puede hacer para liderar este cambio🌱
¿Cómo seguimos adelante? Recomendaciones globales
Para avanzar hacia un #FuturoSostenible es esencial triplicar la capacidad de energía renovable y duplicar la eficiencia energética antes de 2030, tal como se comprometieron los países en la COP28. Además, cada dólar invertido en energías limpias genera tres veces más empleos que en los combustibles fósiles y tiene el potencial de crear hasta 14 millones de nuevos empleos globalmente.
Cambiar hacia prácticas energéticas sostenibles, como transporte eléctrico y cocinas limpias, no solo protege el planeta, sino que también mejora la salud, reduce desigualdades y fortalece las economías.
Fuente: Programa ONU Medio Ambiente América Latina y el Caribe