Al frente de un emblema del “turismo sostenible” de Purmamarca, Luci Vilte lleva adelante diversas acciones en su Eco hotel y les que da continuidad en arquitectura sustentable e inclusiva, ahorro energético, tratamiento de aguas y gestión de residuos. Avanza en gastronomía sustentable, acompaña un proyecto de forestación y capacita en manejo de redes sociales en comunidades para el desarrollo turístico.
Aunque se confunda sostenibilidad con cuestiones ambientales Vilte aclara que atañe a todo ámbito de la vida en el área económica, social y ambiental. Por eso lleva casi dos décadas avanzando en metas y así erigió a su ecohotel como un modelo en la región, premiado y con certificaciones que dan cuenta de ello.
“Nosotros como equipo desde hace 18 años pusimos foco en temas que toda empresa, todo ciudadano y todo Estado siempre atiende como primera medida que es el agua, la energía y la gestión de residuos”, explicó Luci Vilte, propietaria del Eco Hotel Posta de Purmamarca, sobre su labor en turismo sostenible.
Inicialmente comenzó a trabajar en la gestión de residuos que aún hoy sigue estudiando y mejorando al entender que es difícil de tratar en toda Latinoamérica. Estimó que la clave ahora es pensar en el consumo, y la premisa reciclar y reutilizar, apuntar fuertemente a la economía circular pensando qué es lo que compramos, de qué está hecho y dónde va a morir el producto.
“La sostenibilidad siempre va y viene de desde lo social, lo ambiental y económico”, explicó Actualmente trabaja en una línea muy fuerte de “gastronomía sustentable” ya que cuentan con un pequeño bar cafetería y se cuestionan si ofrecen alimentos saludables, orgánicos y hasta qué punto los usuarios están acostumbrados a determinados sabores, por lo que ofrecen opciones para que se consuma y no se desperdicie.
El hotel siempre trabajó en la minimización o la exclusión total de plásticos de un solo uso, y cuidan cómo guardan y se envasan los alimentos, y el uso de descartables para evitar el uso innecesario de plástico. Sostuvo que es un proceso gradual, incorporando de a poco pequeños cambios, asumiendo que es importante en ello el compromiso.
Es por eso que desarrollaron un sistema de gestión para procesar el 80% de nuestros residuos basado en la economía circular y llevan un registro minucioso de los desechos y el destino que les dan o instituciones a quienes los ceden para que sean tratados de manera responsable. Procesan 40 kg mensuales de residuos orgánicos transformados en compost para abonar su jardín y huerta, y el excedente es donado a pequeños agricultores de la zona o vecinos.
Hicieron separación en origen de plásticos y vidrios mediante campañas y adhesión de gran parte de la comunidad, en todo el Municipio; reutilizan latas y donan el resto junto a tapas de gaseosas y minimizamos uso del papel entre otras acciones.
En su última remodelación incorporaron energía, calefacción y termotanques solares. Cuentan con una planta de reciclaje de aguas grises con plantas que depuran el agua y sirve para riego, promueven el ahorro del agua con varios tips y uso interno de fluxers de presión de aire para ahorro en grifos y duchas. Además cuentan con un techo vivo que cubre una superficie total de 42 m2 de plantas sobre el desayunador para absorber precipitaciones, refrescar el edificio y aumentar la calidad ambiental siendo el primer techo verde en la Quebrada.
La arquitectura sustentable es otro eje de trabajo que trabajaron de varias formas. Convirtieron las áreas públicas y de servicios en un edificio accesible para personas con movilidad reducida, al igual que una cabaña que fuera un proyecto pensado hace 10 años cuando no tenía los recursos y lo retomaron con éxito. Fueron trabajando en accesibilidad de ese modo y en turismo accesible contribuyendo a que sea inclusiva de otras formas, trabajando con proveedores con discapacidad.
Además tienen una pequeña tienda de souvenirs en el hotel donde se comercializa contemplando la historia que hay detrás de cada producto, son de comunidades aborígenes, de personas con discapacidad, productos locales o de la cooperativa Cauqueva. No venden productos industrializados sino buscan favorecer lo social o ambiental haciendo crecer al negocio.
Éste año tienen el ánimo de ampliar su la hotel en capacidad de habitaciones, al igual que la ampliación que hicieron en el área de servicios, prevén seguir con la premisa de usar la arquitectura local y materiales tradicionales conjugando innovación. Eso es incluyendo paneles fotovoltaicos usados o el termotanque solar para calentar agua, que sirva también para ahorrar luz para la parte existente, y para la ampliación usar energía geotérmica.
Sostuvo que si bien eso demanda muchísimo estudio para captar la energía subterránea de la tierra y que mantenga dentro de los habitáculos una temperatura constante, hay un equipo de arquitectos y especialistas que aporta una cuota de innovación y el desafío de ser pioneros en el en el tema.
Acciones para forestar
Por otra parte, Vilte viene trabajando en forestación con barrios y ahora con la Puna en cómo cuidar esos árboles, cuáles son aptos, en hacen red para cuidarlos y conseguir especialistas. “Si somos conscientes de la importancia del arbolado público, de los árboles en el tema de cambio climático, si tenemos un conocimiento y experiencia de estos temas tenemos que compartirlos, escalarlos. De nada nos sirve que tengamos 100 árboles si en una región necesitamos 10.000”, explicó asumiendo que el deber como ciudadanos es expandir los proyectos.
Ponderó que al trabajar en red también se aprende y se va adoptando buenas prácticas de otros, porque siempre hay distintas miradas, para dilucidar sí hay algo que pueda servir como impulso.
Actualmente están trabajando con un emprendedor de Angosto del Saladillo, una localidad cerca de las Salinas Grandes que viene realizando una pequeña iniciativa de forestación en la Puna; acompañan fuertemente con árboles y asesoramiento.
Promoviendo el turismo sostenible
Por otra parte, para este año Vilte prevé continuar la tarea que viene realizando desde el 2022 en el manejo de redes sociales para emprendedores rurales y comunidades aborígenes. Lo hace mediante talleres, en lo que se ha especializado y se centra en el área de turismo, que considera fundamental para el desarrollo de las comunidades, de modo que no queden al margen del sistema ni sean analfabetos digitales debido a que la digitalización de Internet es clave para crecer.
Pese a ello encontró que lamentablemente en muchas áreas de la Puna y regiones alejadas todavía internet no está funcionando o no funciona bien. “ Realmente esa es una deuda interna que tenemos no sólo con los pueblos de la Puna, con los con los poblados más alejados, porque es realmente una oportunidad hoy con el turismo para que los jóvenes se queden, no emigren, valoren su cultura y los recursos que tienen para crecer”, expresó al respecto. Entiende que si bien el Gobierno tiene su parte de trabajo, los empresarios, ciudadanos y los que trabajan en turismo, también pueden contribuir de muchas maneras.
Más allá de su hotel, Vilte lleva su compromiso con el desarrollo sustentable a Purmamarca donde está emplazado su establecimiento, también a la provincia, al país y trasciende a nivel internacional brindando charlas en distintos eventos para emprendedores, hoteleros o estudiantes. “La verdad que el impacto es bueno cuando uno logra tener un norte que sea la sustentabilidad, pero si eso se queda solamente en una persona, en una empresa, en una comunidad, realmente no hay cambios significativos, no hay cambios de paradigma”, expresó.
Planteó que por ello que si se empieza por la familia hay que contagiar al barrio, si es por una empresa contagiar a la comunidad, y si es por un municipio llegar a una región con proyectos que sean transversales a todos. En su experiencia contar sobre la gestión de residuos le significó una arista para vincularse con otras comunidades y municipios en cómo se hace y se resuelven ciertos problemas o conflictos.