Florencia Paz es la creadora de FPS millas, una pyme donde recicla papel y fábrica productos de papelería que promueven no sólo el uso responsable, sino que le asegura otra vida y productividad a los desechos al producir “papel plantable”. El año pasado lanzó su agenda que lleva papel con semillas insertas, las cuales ya se probó que son utilizables.
Recordó que la iniciativa comenzó poniéndose una suerte de “capa de héroes” con la idea de salvar el mundo, viendo lo que no gusta y quería corregir. Al recibirse en Relaciones Internacionales tenía la mirada afuera pero al volver de sus estudios se re enamoró de Jujuy. Quería hacer algo desde cero y al ver en Buenos Aires una tarjeta que permitía posteriormente poder plantarla se inclinó por ese camino que sigue desde hace cuatro años.
“Empecé todo en chiquito todo y hoy tengo una capacidad instalada de reciclado de 3 kilos (kg) por día y en ese momento reciclaba 10 hojas. Tengo una capacidad mensual de 1000 hojas, productos que no tenía, una agenda plantable con 24 especies porque es 2024, me llevó cuatro meses repensarla y diseñarla”, precisó. En la experimentación tuvo dificultades hasta llegar al producto de la calidad que esperaba.
Planteó que Jujuy tiene un consumo de papel por persona de 70 kilos, que consideró muy alto. Contempla que la reutilización de la basura es vital y apunta a la importancia de la separación de los residuos. La basura que no se separa, no sirve y termina con otros residuos, se pudre y se llena de bacterias, hongos o parásitos.
Para lograr la materia prima F. Paz generó acuerdos con el Concejo Deliberante e hicieron ya tres intervenciones. La tercera de ellas fue el 24 de octubre para el Día Internacional de la Lucha contra el cambio climático. A través del acuerdo se gestó un concurso en donde todas las oficinas de ese poder recolectaron papel para reciclar. La actividad se incentivó con premios: agendas y, también, lápices plantables.
¿Cómo lo hace?
En FPS millas también reciben papel de otros organismos: Tribunales, Ministerio de Producción, archivos y particulares, quienes aportan apuntes de la universidad y otras donaciones. No obstante, explicó que el volumen de papel que recibe es un “cuello de botella” para su emprendimiento debido a que sólo una institución le entrega 70 kilos de papel y procesarlo le lleva tres meses y medio de trabajo diario de seis horas, de lunes a sábado. El proceso es artesanal, asó como lo es el proceso de secado, porque se inicia al destruir con la mano, licuar y vertirlo en un piletón que, mediante bastidores, se usa la pulpa para producir el papel en formato A4 o A3.
“No es solo reciclado de papel sino que al incluir semillas de huerta, la propuesta es que una vez que vuelva el papel al usuario, se puede evitar tirarlo porque el papel se puede reciclar cinco o seis veces”, afirma F. Paz.
Recordó que en la economía circular está el concepto de cerrar el círculo de una manera ecológica con triple impacto. Al entregar una tarjeta u otro producto realizado con papel plantable, éste puede dar frutos si se lo planta, cuida y riega. De éste modo se puede producir tomate, berenjena, lechuga, pimiento y alimentos básicos: “Para que el eso suceda, necesitamos del usuario. Sino el producto se pierde. Así puede decirse que comulgamos con el ODS 17 para el desarrollo sostenible, que es generar alianzas para lograr los objetivos”, explicó.
Florencia también hace lápices plantables: le pone las semillitas para hacerlos más ecológicos, así que por el momento el papel es clave y tiene proyecciones de llegar a distintos lugares.
Aportar con un granito de arena
Florencia recordó que al emprender aprendió que no se debía “enamorar” del problema, que era el volumen de papel y, al considerar que la provincia es un polo industrial en la producción de papel y que los residuos superan los 70 kg por persona, entiende que el proyecto es un granito de arena que puede ayudar a la solución. Además señala que la nutrición es otra problemática local y que las semillas pueden contribuir a una alimentación saludable.
“Una de las cosas que más me moviliza también a mí en cuanto a la concientización y este tipo de intervenciones que uno lleva sí es ver el resultado en las personas, ver cómo cambia su humor y cómo después de hacerlo siente que contribuyó ese granito de arena”, afirmó.
Anunció que con la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Jujuy (UN Ju) prevén hacer un “reciclatón” de cinco días en noviembre, por lo que pretende incentivar con un premio la propuesta. Además prevén hacer un voluntariado, para que se trabaje teoría y práctica, que entiende podría servir al momento de insertarse laboralmente. La idea es no sólo promover reciclar, acopiar papel, sino también que ellos intercedan en el papel que ellos mismos generaron de modo que tengan la experiencia de reciclar.
Para producir comenzó sola y ahora trabaja con una persona que se encarga del papel propiamente y ella de las impresiones, a lo cual sumará el plan de voluntariado. Para producir la agenda trabajó en equipo, un ilustrador, Alfredo y Nina Braun, con quienes hizo el prototipo. Diseñó la propuesta que indica la mejor fecha para plantar las determinadas semillas que trae el papel incorporado a la agenda, los beneficios para la salud y una guía.
Ese papel plantable también se utilizó para las acreditaciones de Endeavor NOA y Paz tuvo la satisfacción que uno de los directores implantó la semilla y le envió la foto porque la planta prosperó. El producto tiene un mercado segmentado, pero atrajo clientes de Rosario y Corrientes, le hablaron de Chile, Perú y Madrid, España por lo que se propuso averiguar las normativas porque asume que no es lo mismo exportar papel que exportar semillas.
