Uno de los caminos hacia la descarbonización casi total es electrificar todo el sistema energético y utilizar energía renovable limpia. El hidrógeno verde es uno de los posibles combustibles bajos en carbono que podrían reemplazar a los hidrocarburos fósiles de hoy.

Cuando se habla de hidrógeno verde es importante señalar que se trata de un hidrógeno que ha sido obtenido sin generar emisiones contaminantes, es decir, un hidrógeno sostenible. Además, es un combustible que ya se postula como el vector energético clave para alcanzar la descarbonización del planeta y cumplir con los compromisos marcados para 2050 en la lucha contra el cambio climático.

Pero ¿qué es el hidrógeno “renovable o verde”?

El hidrógeno es el elemento más abundante del universo, pero requiere energía para separarse. En ese sentido, la técnica más común es extraer hidrógeno del agua, que es dos partes de hidrógeno y una parte de oxígeno (de ahí H2O) a través de la electrólisis, que usa electricidad procedente de fuentes renovables como la fotovoltaica, la eólica o la hidroeléctrica.

Por otra parte, el más utilizado es el denominado «hidrógeno gris», aquel que se fabrica mediante reformación de metano con vapor, que normalmente utiliza gas natural como materia prima. Por eso el hidrógeno verde, dentro de la gama de colores según nomenclatura (hidrógeno azul, marrón, gris), es la mejor opción a la hora de cuidar y reducir las emisiones de carbono.

Tipos de hidrógeno y su emisión de carbono

El hidrógeno marrón se produce a partir de carbón donde las emisiones se liberan al aire. El hidrógeno gris se produce a partir del gas natural donde las emisiones asociadas se liberan al aire. El hidrógeno azul se produce a partir del gas natural, donde las emisiones se capturan mediante el almacenamiento de carbono y su reutilización. El hidrógeno verde se produce a partir de la electrólisis impulsada por electricidad renovable.

Argentina con respecto al hidrógeno verde

Argentina cuenta con la Ley Nacional N⁰ 26.123 de promoción del hidrógeno que se aprobó en 2006.  “Régimen para el desarrollo de la tecnología, producción, uso y aplicaciones del hidrógeno como combustible y vector de energía”. Sin embargo, sin embargo, este régimen nunca se reglamentó y perdió su vigencia en 2022.

Los últimos tres años se presentaron en el Congreso de la Nación distintos proyectos de ley para prorrogar y/o modificar la Ley N° 26.123, en la generalidad de los casos, orientados a crear nuevos regímenes de fomento para impulsar la producción de hidrógeno en la Argentina. Sin embargo, ninguno de estos proyectos logró un tratamiento efectivo y muchos de ellos han perdido su estado parlamentario. En ese sentido, en mayo de este año, el Poder Ejecutivo Nacional envió a la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación el llamado Proyecto de Ley de Promoción del Hidrógeno de Bajas Emisiones de Carbono y otros Gases de Efecto Invernadero (el “Proyecto”). Una iniciativa encarada desde la Secretaría de Energía.

La ley de hidrógeno en Argentina contempla la creación del Fondo Nacional del Hidrógeno (FONHIDRO) para financiar las actividades que prevé la Ley, y está basado en ejes estratégicos fundamentales: contribuir con el desarrollo de tecnología e industria nacional asociadas al hidrógeno, a la integración industrial y energética con los países del Mercosur y a la implementación comercial de dichas tecnologías en mercados nacionales e internacionales, con énfasis en lograr la exportación de alto valor agregado. Recomendar la formación de recursos humanos y la creación de puestos de trabajo altamente capacitados. Generar y sostener una cultura de seguridad en la manipulación del hidrógeno. Por último, priorizar objetivos de desarrollo social sustentable, con énfasis en las zonas aisladas y postergadas de nuestro país y la producción de hidrógeno con recursos energéticos renovables y procesos no contaminantes.

Ventajas del hidrógeno verde

Es 100% sostenible, ya que el hidrógeno verde no emite gases contaminantes ni durante la combustión ni durante el proceso de producción. Es fácil de almacenar, lo que permite su utilización posterior en otros usos y en momentos distintos al de su producción. Además, puede transformarse en electricidad o combustibles sintéticos y utilizarse con fines domésticos, comerciales, industriales o de movilidad.

Por último, esta energía puede mezclarse con el gas natural hasta en un 20 % y viajar por los mismos canales e infraestructuras del gas. El incremento de este porcentaje requeriría cambiar distintos elementos de las redes existentes de gas para hacerlas compatibles.

Fuente: dynamicenergy.com.ar /rionegro.gov.ar / argentina.gob.ar