Doña Zoila Guerra habla con orgullo mientras observa el cilantro que ha sembrado en el jardín detrás de su casa. Ella es una de las residentes de los humedales en La Mojana, quien ha recibido capacitación para medir el nivel del agua. Cuando los humedales empiezan a subir, es hora de elevar sus jardines. Cuando el agua empieza a bajar, la filtran y la guardan para regar. “Tengo guayabas, limones, naranjas, mandarinas, cocos, maracuyás, chiles, berenjenas, yucas, camotes y arroz”, dice Doña Zoila, mientras su cabello entrecano enmarca su rostro quemado por el sol. “Cada diciembre vendo yucas, que ahora están delgadas, pero para Navidad estarán listas”, remarca.

Este trabajo de restauración de los humedales ha dado lugar a los jardines colgantes de Colombia, que ayudan a las comunidades a adaptarse a las inundaciones y sequías, y ha allanado el camino para el proyecto “Mojana: clima y vida“. Esta iniciativa de seguimiento, que cuenta con una subvención de 38,5 millones de dólares de los Estados Unidos (USD) del Fondo Verde para el Clima y un cofinanciamiento de 61,8 millones de USD, tiene como objetivo proteger la biodiversidad, restaurar el agua y mejorar los medios de vida.

Liderando el cambio

Este trabajo ha permitido a mujeres como Katia Herrera Beleño, una emprendedora, establecer sus propios viveros y plantar miles de árboles. “Nos enseñaron tantas cosas que nosotras no sabíamos“, afirma Katia. “Ahora ya tenemos un conocimiento sólido que podemos impartir a otras mujeres. Es maravilloso porque ya hemos dado un salto. Como mujeres, hemos llevado sustento a nuestros hogares y a nuestros niños, que a veces es difícil encontrar empleo. Con esto solventamos la situación de nuestros hogares”.

Estas asociaciones comunitarias han establecido la “Red de Restauración de La Mojana” en colaboración con las comunidades indígenas. La Universidad de Córdoba ha identificado 40 especies de cultivos resistentes a la sequía, las inundaciones, las temperaturas extremas y la radiación solar para su protección a través de la investigación. Al mismo tiempo, se han inaugurado escuelas de bioespacios, donde las comunidades aprenden a preservar y propagar semillas nativas con características resilientes.

Los tanques de captación de agua de lluvia ahora proporcionan agua de calidad a las comunidades durante las temporadas secas. Se ha rehabilitado una mayor superficie de humedales de lo que se esperaba inicialmente, mejorando la gestión natural de las inundaciones y protegiendo a las comunidades de las sequías y las crecidas. Además, se está trabajando en catalogar las mejores prácticas para desarrollar bancos de semillas (disponible en inglés), con esfuerzos similares que se están replicando en un proyecto apoyado por el PNUD en El Salvador.

“Desde mi punto de vista, esta experiencia es genial. No solo garantiza que los productores planten cultivos resilientes, sino que también permite que las comunidades tengan acceso a los recursos científicos necesarios para escalar e innovar. Además, ayuda a las comunidades a liberarse de la dependencia de las semillas proporcionadas por el Gobierno, que a menudo no son resistentes al clima y limitan a las comunidades a solo un par de cultivos”

– Montserrat Xilotl, Especialista técnica regional del PNUD en adaptación al cambio climático

No dejar a nadie atrás

Este trabajo forma parte de nuestro portafolio más amplio en el PNUD, a través del cual tenemos por objetivo abordar múltiples desafíos de manera simultánea, asegurando que nadie se quede atrás; especialmente las comunidades que dependen de recursos naturales en agotamiento para su sustento.  Los enfoques holísticos basados en los ecosistemas impulsarán el cumplimiento de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas de Colombia hacia un futuro de bajas emisiones, así como en el logro de los objetivos de su Estrategia Nacional de Biodiversidad y su Plan de Acción.

Durante décadas, en el PNUD hemos apoyado al Gobierno de Colombia en su proceso de paz, reuniendo a socios y comunidades para abordar los problemas ambientales causados por años de conflicto. La deforestación fue uno de los principales, provocando una pérdida devastadora de biodiversidad y afectando los medios de vida.

 “El portafolio amplio del PNUD en temas de medio ambiente es una herramienta clave para apoyar los esfuerzos de planificación nacional, asegurando que estos tengan resultados tangibles para el desarrollo local. El uso estratégico de este portafolio en el país es especialmente relevante para una nación que ha salido de décadas de conflicto, con una sociedad fragmentada y donde las áreas rurales inaccesibles no han podido beneficiarse de las políticas sociales nacionales”

– Sara Ferrer, Representante Residente del PNUD en Colombia

 

Un cambio importante ha sido trabajar con las comunidades para apoyarlas financieramente y alejarlas de actividades ilegales o perjudiciales. El proyecto PlanetGOLD de Colombia, parte del programa insignia original del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF por sus siglas en inglés), que inicialmente abarcaba ocho países y ahora cubre más de 20, tiene como objetivo mejorar las condiciones de salud de los mineros artesanales y reducir la contaminación por mercurio. En el PNUD, junto a nuestros socios, hemos apoyado a los mineros de pequeña escala para que realicen la transición hacia un oro limpio y libre de mercurio, brindándoles acceso a financiamiento, así como a grupos de ahorro y crédito.

Sénides Lucumí Mina es seleccionadora de minerales (disponible en inglés) en Colombia. Nativa de Suárez, Cauca, conoce la minería artesanal desde los 10 años. Sin embargo, ha adoptado nuevas formas de extracción de oro como parte de la tarea colectiva de lograr una Colombia libre de mercurio.

 “Soy minera porque es algo que está en mi sangre. Ha sido una tradición en mi familia y se ha convertido en mi vida. Quiero que se recupere la minería de mis ancestros, una minería limpia, libre del mercurio que tanto ha dañado nuestros ríos, nuestra tierra y nuestras vidas”

– Sénides Lucumí Mina, seleccionadora de minerales   

 

Al trabajar en conjunto con varios socios, incluidas las comunidades y el Gobierno, 28 entidades gubernamentales han fortalecido su capacidad para avanzar hacia una minería de pequeña escala libre de mercurio. Desde el inicio de este trabajo en 2016, se han implementado regulaciones, políticas, normas y directrices del marco regulatorio mejoradas o revisadas, apoyando a las comunidades en la eliminación del mercurio.

“El proyecto PlanetGOLD en Colombia ha mejorado los medios de vida de las mujeres en la minería artesanal y de pequeña escala de oro. Anteriormente, las mujeres estaban marginadas en este sector, a menudo desempeñando los trabajos menos atractivos de la cadena de valor del oro. Al empoderarlas con recursos mediante el acceso a financiamiento y capacitación, el proyecto ha abierto puertas a oportunidades de ingresos más sostenibles, fomentando la resiliencia comunitaria y mejorando la calidad de vida de las mujeres y sus familias”

– Kasper Koefoed, Senior Regional Advisor for Chemicals and Waste, UNDP  

Gracias a la colaboración con cooperativas financieras como la Asociación Cooperativa de Finanzas, las mujeres y los miembros de la comunidad minera han podido acceder a servicios de ahorro y crédito para adquirir equipos para una producción limpia y libre de mercurio. Estos modelos han abierto el camino para que las comunidades, especialmente las mujeres, logren independencia financiera para el futuro y retomen el control de los recursos naturales de los que dependen.

Fuente: www.undp.org/es