El proyecto está dirigido por Mariana Berruet, investigadora del Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA), dependiente del Conicet y la Universidad Nacional de Mar del Plata, en el marco de un trabajo conjunto con profesionales de Tandil, Neuquén y Montevideo (Uruguay).
Un grupo de investigadoras e investigadores, liderado por la doctora Mariana Berruet del Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA), está llevando a cabo un innovador proyecto que busca reciclar el plomo proveniente de baterías en desuso. Este esfuerzo tiene como objetivo transformar un residuo altamente tóxico en un insumo fundamental para impulsar el desarrollo de energías renovables en Argentina.
Con la colaboración de profesionales de Tandil, Neuquén y Montevideo (Uruguay), el equipo parte de una realidad preocupante: la creciente demanda de almacenamiento de energía portable, especialmente en sectores como el transporte, donde predominan las baterías de plomo ácido. En Argentina, más de 14 millones de vehículos conforman el parque automotor, y se estima que en un plazo no mayor a cinco años, cada vehículo habrá reemplazado su batería, generando un desecho acumulado altamente contaminante.
El reciclaje del plomo de estas baterías podría ser clave. A través de un proceso químico, el plomo reciclado se transformaría en un material apto para la fabricación de celdas solares de perovskita. Este tipo de celdas, que han sido objeto de investigación durante más de una década, presentan ventajas significativas sobre las tradicionales de silicio, y se espera que representen el 30% del mercado fotovoltaico para 2030.
La investigación, financiada por la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC), no solo busca fortalecer la industria fotovoltaica local, sino también utilizar un insumo reciclado, lo que representa una apuesta por la sostenibilidad y la economía circular. La meta es lograr que la eficiencia de conversión energética de las celdas construidas con plomo reciclado sea comparable a las elaboradas con materiales convencionales.
“Estamos trabajando para demostrar que la perovskita fabricada a partir del plomo reciclado alcanza un valor de eficiencia atractivo para las empresas”, explica Berruet. Hasta ahora, el equipo ha logrado avances significativos en la purificación del plomo reciclado y ha enviado un trabajo para su evaluación en una revista internacional.
El proceso de reciclaje implica transformar el plomo en una sal que luego se purifica antes de ser utilizada en la fabricación de perovskita. Además, las celdas solares de perovskita requieren una cantidad mínima de plomo, lo que las hace menos contaminantes en comparación con otras tecnologías.
En el contexto argentino, ya existen antecedentes de economía circular del plomo a través de empresas productoras de baterías. Por lo tanto, el equipo de investigación prevé que, una vez avanzados en su estudio, habrá oportunidades para transferir esta tecnología a empresas interesadas en darle valor agregado al plomo reciclado.
FUENTE: www.cic.gba.gob.ar Por David Barresi